Un científico japonés utiliza el extraordinario material que fabrican las arañas para crear unas increíbles cuerdas de violín que producen un sonido «suave y profundo»
Cinco veces más resistente que el acero y tres veces más que las mejores fibras sintéticas modernas, la seda que fabrican las arañas es un material fascinante. Capaz de estirarse hasta un 135% de su longitud original sin romperse, los científicos estudian sus propiedades con el fin de darle los más increíbles usos. Por ejemplo, mezclada con zinc, titanio o aluminio, podría ser útil para crear tejidos super resistentes, además de material quirúrgico o tejidos artificiales para huesos, tendones y paredes de arterias. Ahora, un científico japonés ha dado una vuelta de tuerca a las posibilidades de este producto natural. Ha utilizado miles de hilos de seda de araña para crear cuerdas de violín. Al parecer, con este curioso material el instrumento suena con un timbre «suave y profundo», según publica en la revista Physical Review Letters.
Según
Shigeyoshi Osaki, de la Universidad Médica de Nara, en Japón, el sonido
diferente que sale de las cuerdas hechas con tela de araña tiene que
ver con la forma en la que ese material ha sido retorcido, de tal manera que no queda ningún espacio libre entre las hebras, según informa la BBC.
Este científico, gran conocedor de las propiedades mecánicas de la seda
de araña, ha perfeccionado los métodos de obtención de grandes
cantidades de esta seda de arañas criadas en cautividad. En concreto,
trabaja con 300 hembras de Nephila maculata, una especie conocida por tejer telas muy complejas.
Una nueva música
Para fabricar cada cuerda, Osaki torció entre 3.000 y 5.000 hilos individuales de seda en
una sola dirección para formar un manojo. Las cuerdas entonces se
prepararon con tres de esos manojos retorcidos juntos en la dirección
opuesta. Después, se midió su resistencia a la tracción, para evitar la ruptura de la cadena en medio de un concierto.
Las
cuerdas de seda de araña, fuertes y elásticas, soportaron menos tensión
antes de romperse que una cuerda de tripa tradicional, pero más que la de una cuerda de nailon recubierta de aluminio. Osaki asegura que estas particulares cuerdas se distinguen por su fuerza y su tono único, capaz de crear «una nueva música». El investigador cree que su investigación puede suponer un paso más en el desarrollo de nuevos tipos de materiales.
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